El
control eléctrico en la historia de Joseph Henry tiene en el electroimán y en relevador gran relevancia, esta es una historias fascinante; y va de
cuento.
Control
eléctrico en la historia de Joseph Henry
Josecito (Joseph
Henry), era un muchachito neoyorquino, de buen corazón y pobre, por lo que desde
niño tuvo necesidad de trabajar.
Entre sus trabajos, fue
aprendiz de encuadernador y de relojero, experiencias que más tarde aplicaría en sus inventos.
A sus 16 años, siguiendo a un conejo, encontró una estantería
con libros, llamándole la atención el libro
de ciencias naturales.
Nunca es
tarde para aprender
El hecho despertó su deseo
por aprender, y lo motivo a vencer obstáculos para ingresar a la Academia de Albany.
Estudiando y trabajando
obtuvo su título.
Años más tarde una oferta de trabajo lo obligó
a cambiar sus planes de estudiar medicina por los de ingeniería.
En 1826 mientras
enseñaba matemáticas y ciencia empezó a experimentar con la electricidad.
Electroimán
El maestro Henry oyó
hablar del electroimán como un juguete, él lo visualizo como un instrumento
útil.
Con seda como envoltura
aisló un largo cable de cobre, el cual enrolló sin cruzar vuelta una al lado de otra,
en una barra de hierro.
Logro
hacer un instrumento de trabajo
En la ciudad de Yale, ese
mismo año logro levantar más de una tonelada.
También hizo electroimanes pequeños, y los coloco a un
kilómetro de distancia para demostrar
que podían seguir una secuencia de subir y bajar una barrita de hierro.
El
telégrafo
Esta demostración la
realizo en 1831, se dio cuenta que la electricidad se “debilita”, debido a la
resistencia por longitud.
Para salvar esta contingencia inventó el relé.
El relé
Así una segunda bobina
podría continuar con el trabajo.
Joseph
Henry y sus colegas contemporáneos
Joseph Henry no patentó
sus trabajos, “Creía que las leyes de la ciencia eran patrimonio de toda la
humanidad y que no deberían utilizarse para el provecho de un solo individuo".
La unidad de medida “Henry”
de inductancia eléctrica (H) debe su nombre a este norteamericano.
Y colorín colorado,
este cuento se ha acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario